EL SHOW DE BENNY HILL

Londres, cero grado, día nublado… Calle Stephen, al pie del Big-Ben y entre las torres de la catedral de St. Paul, irrumpe Thames, productora de programas de televisión para la BBC. Año 1969, es el día 15 de noviembre, son las diez de la mañana y el tímido de Benny llegaba para grabar su primer show. Allí se encontraba con Henry McGee, Bob Todd, Jackie Wright “el simpático viejito pelado”, Sue Upton y Dennis Kirkland –el director- entre tantos, con quienes registraba sketches cómicos producidos por el propio Benny, donde auspiciaba también números musicales con bellísimas muchachas. Preparaban specials de una hora de duración con varios bloques humorísticos: Abuela Maravilla contra Drácula, El striptease del mimo, Los Nuevos Vengadores, Quién le teme a Virginia Woolf, El Bebé Biónico, al compás de sátiras de series y películas con personajes realmente surgidos de la galera mágica como Humphrey Bumphrey, Orson Buggy, Fred Scuttle o el reverendo John McFudpucker. El espacio en poco tiempo se contituyó en éxito y con buen rating, pero con el paso de los episodios comenzó a soportar una verdadera campaña de desprestigio de la prensa escrita británica como consecuencia del contenido desenfadado de sus viñetas sobretodo cuando aparecían damas, que motivaron la cancelación de los unitarios por parte de la empresa productora, veinte años después. “El Show de Benny Hill” fue un hit mundial, ya sea en Europa, Estados Unidos, o en América Latina, donde contaba con un brillante doblaje en castellano. Y para destacar, esa especie de cámara ligera que aparecía en cada final, al mejor estilo de las famosas películas del cine mudo. Más allá que algunos chistes no se comprendían por el típico humor inglés, fue realmente memorable.