domingo, 8 de agosto de 2010

CHARLES CHAPLIN, UN ILUMINADO PARA HACER REIR

Cuando a algún humorista le preguntan por un referente del género, es inevitable que lo nombren a él. Surgido en la mejor época del cine mudo, fue de menos a más y se transformó en un gigante de la pantalla grande. Las salas se llenaban de espectadores que acudían gustosos a pagar la entrada, simplemente para que los hiciera reír a carcajadas. Charlot, The Tramp o Carlitos, haciendo de vagabundo, de caminar vacilante, luciendo siempre zapatos enormes, con un típico sombrero bombín, de característico bigote, jugueteando con el bastón, pegando y recibiendo cachetadas se hizo famoso en el mundo entero. Dictó cátedra por los muchos y sabios recursos que poseía; como el momento de cerrar la escena, representando en la mayoría de los casos insinuaciones sentimentales, una caída de ojos o alguna emotividad del momento. Además de maravilloso comediante, fue escritor, director, productor, compositor y genio. Charles Chaplin, ganó el Oscar de Hollywood y su forma de efectuar comicidad, jamás dejará de sorprendernos.

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