lunes, 12 de abril de 2010

EL ESPIA SE FUE AL CIELO

Kelly Robinson y Alexander Scott fueron dos agentes secretos norteamericanos que viajaban por el orbe con la fachada de un tenista profesional y su entrenador, metidos en plena guerra fría, con aventuras y dilemas al por mayor. Su verdadero trabajo casi siempre los mantenía ocupados detrás de espías, villanos y mujeres bonitas. Historias que bien se desarrollaban en Florencia, Roma, Venecia, Madrid, Atenas, Tokio, Hong Kong, Marruecos, Acapulco, Las Vegas, San Francisco, y que más allá de las bellezas naturales y paisajísticas, ofrecían un exótico ambiente, ideal para las correrías de éste dúo dinámico sin igual. El espionaje con un toque de humor que dejaba a los adversarios sin posibilidades, suavemente reflejado de las películas de James Bond, tenía una razón de ser en “Yo soy espía” –“I spy”- magnífica serie que emitía Montecarlo TV Canal 4, en históricos momentos del blanco y negro. La tira de 50 minutos, en 3 temporadas, con 82 episodios, filmada y distribuída por NBC en colores, desde el 15 de septiembre de 1965 hasta el 15 de abril de 1968, era producida por Desilu Studios. El papel de Alexander Scott era protagonizado por el múltiple actor afro-americano de color Bill Cosby y el de Kelly Robinson –el galán de la serie- por Robert Culp; siempre recordado por su desempeño en los capítulos, de los cuales escribió 7 –uno de ellos lo dirigió- con su propia pluma y letra, demostrando también su capacidad para los guiones. “Yo soy espía” lo marcó a Culp para siempre en la labor más exitosa de su extensa carrera, improvisando cantidad de diálogos durante el rodaje, siendo nominado en los premios Emmy en las tres temporadas y en una en los Globos de Oro, 1967. Hace apenas unas semanas, partió rumbo al cielo para no retornar, tal vez descubrirá que no habrá distancia alguna que lo aleje del sentimiento de los teleespectadores de todas las épocas.

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