En épocas de cine de barrio a sala llena, solía aparecer en muchas películas. Una estrella sin igual, con cara bonita, hermosos ojos brillantes, figura despampanante, un busto de campeonato y muchas curvas. Sus medidas rompían el rating: 101-58-90. Andá llevando! Por más datos era rubia platinada de largos cabellos y se transformó en un terremoto pasional de la pantalla en la década del cincuenta y del sesenta, inclusive. Para mejor, la mayoría de las escenas que hacía eran con ropa livianita, más bien en paños menores y a veces sin ellos. Imaginátela llegando a la playa en dos piezas y después entrando al mar tomando baños como dios la trajo al mundo… Bueno, cuando se proyectaba eso, los muchachos aplaudían, gritaban y el biógrafo se venía abajo. Era en el Ateneo, Edison, Lutecia, Astral, Ocean o Roi. Uuuuuuuuhhhhhhh! Qué mujer tan sensual! Cuánta lujuria! Muy parecida a la Monroe, hasta se fue muy joven como Marilyn, dejando un manto de tristeza irremediable. Se llamaba Vera Jayne Palmer o Jayne Mansfield, artísticamente. De botija, hasta me hice el bocho con Jayne. Creo no haber sido el único, no?...En 1967, después de cumplir con un compromiso en Mississippi, en la oscuridad de la carretera de Slidell, Louisiana, al frente de su vehículo choca fatalmente contra la parte posterior de un camión y pierde la vida en el acto. Fue el 29 de junio, tenía 34 años. El mundo entero enmudeció. Su talento y dotes naturales quedaron for ever en nuestro recuerdo. En el cuarto de nuestra infancia, su poster colgado decía “La Rubia Explosiva”. Fue eso y mucho más.
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